AL ÍNDICE

LA VUELTA AL MUNDO,
DE UN NOVELISTA

{5} 

Vicente BLASCO IBAÑEZ

LA VUELTA AL MUNDO,
DE UN NOVELISTA

TOMO I


ESTADOS UNIDOS.—CUBA.—PANAMÁ.—HAWAI.
JAPÓN.—COREA.—MANCHURIA.


80,000 EJEMPLARES



PROMETEO
Germanías, 33.—VALENCIA
(Published in Spain)
1924

{6} 

Es propiedad.—Reservados todos
los derechos de reproducción, traducción
y adaptación.

Copyright 1924, by V. Blasco Ibáñez.

{7} 

LA VUELTA AL MUNDO, DE UN NOVELISTA

I

EN EL JARDÍN DE MENTÓN

Una de las primeras mañanas del otoño de 1923. Estoy sentado en un bancode mi jardín de Mentón. Árboles, estanques, arbustos floridos, pájaros ypeces, parecen esta mañana completamente distintos á los que veodiariamente.

Algo sobrenatural anima cuanto me rodea, como si durante la noche sehubiesen trastornado los ritmos y los valores de la vida. El jardín mehabla. Esto no es extraordinario. También los muebles nos hablan en lashabitaciones cerradas cuando estamos á solas con ellos, en momentoscríticos de nuestra existencia. En fuerza de mirar las cosas inanimadasy los seres de vida rudimentaria, acabamos por poner en ellos una partede nosotros mismos, con los ojos y con el pensamiento. Luego, cuando lasemociones nos empequeñecen y necesitamos consejo ó auxilio, este mundofamiliar y al mismo tiempo extraño nos devuelve de golpe el préstamo quele hicimos, día á día.

Balancean los túneles de rosales sus flores recién{8} abiertas por laprimavera otoñal. Pájaros de todas clases sostienen una lucha sonora degorjeos flautinos en las alturas de la arboleda, oasis aéreo que lessirve de refugio contra los aguiluchos y gavilanes diurnos ó las aves depresa de la noche, ocultas en la vecina muralla, roja y gigantesca, delos Alpes Marítimos. Los peces colean inquietos en el agua cargada desol, como si persiguiesen á sus mismas sombras que se deslizan por elfondo verdoso de estanques y fuentes. Cantan los surtidores al desgranaren el aire sus sartas de blandas perlas. Los abanicos verdes de plátanosy palmeras dejan caer las últimas lágrimas del rocío matinal. Y todaesta naturaleza cándida, fresca y pueril como la luz rosada de laaurora, me pregunta á coro:

—¿Por qué te vas?... ¿Es que te encuentras mal entre nosotros?...

Vuelvo mis ojos por toda respuesta hacia el mar violeta, que tiemblabajo los flechazos del sol más allá de la columnata de árboles.

Todo lo que me rodea sigue hablándome con lenguas aéreas, vegetales óacuáticas. Cada uno dice algo diferente, pero sus voces se confunden yunifican en la misma dirección, como los diversos temas de una sinfonía.

—Quédate—dice la orquesta murmurante del jardín—; vas á perdernuestras flores y nuestros frutos, los dulces atardeceres del otoño, lacompañía serena y luminosa de los l

...

BU KİTABI OKUMAK İÇİN ÜYE OLUN VEYA GİRİŞ YAPIN!


Sitemize Üyelik ÜCRETSİZDİR!