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PÍO BAROJA
MEMORIAS DE UN HOMBRE DE ACCIÓN
El aprendiz de conspirador.
El escuadrón del Brigante.
Los caminos del mundo.
Con la pluma y con el sable.
Los recursos de la astucia.
La ruta del aventurero.
Los contrastes de la vida.
La veleta de Gastizar.
Los caudillos de 1830.
La Isabelina.
El sabor de la venganza.
ES PROPIEDAD
DERECHOS RESERVADOS
PARA TODOS LOS PAÍSES
COPYRIGHT BY
RAFAEL CARO RAGGIO
1921
Establecimiento tipográfico
de Rafael Caro Raggio
PÍO BAROJA
MEMORIAS DE UN HOMBRE DE ACCIÓN
LA ISABELINA
RAFAEL CARO RAGGIO
EDITOR
MENDIZÁBAL, 34
MADRID
El año 1845—dice Leguía—estaba yo enBurdeos terminando una misión diplomáticaque me habían encargado los moderados,cuando conocí al padre Venancio Chamizo. Chamizoera un fraile ex claustrado que trabajaba porlas mañanas en un escritorio y por la tarde dabalecciones de latín y de retórica a algunos muchachos,hijos de españoles y de franceses legitimistas.
Chamizo era hombre de cuarenta y cinco acincuenta años, de mediana estatura, de cuerpopesado y de mucho abdomen. Tenía la cabezagrande, calva, los ojos grises, la nariz gruesa y elmentón pronunciado. Se traslucía en su tipo almismo tiempo el labriego, el fraile y el hombre decultura.
En la conversación con Chamizo se habló deAviraneta, y el ex claustrado me dijo:
—He tenido relaciones con ese réprobo.
—Creo haberle oído hablar de usted.
—¿Quizá mal?
—No, no; me parece que no.
—¿Es amigo de usted?
—Sí.
—Lo siento por usted. También es amigo mío.
—Yo le conozco mucho, y no sólo no me hahecho daño, sino que me ha protegido—dijoLeguía.
—Lo creo, lo creo. El señor Aviraneta sabe proteger.Quizá sea usted también de su cuerda.
—Lo soy. Soy liberal, completamente liberal;pero eso es lo de menos. Usted puede hablar deél con completa confianza.
—¿Le interesa a usted el señor Aviraneta?
—Sí. Mucho. ¿Usted ha tenido algunas relacionescon él?
—Sí.
—Me gustaría que me contara usted eso.
—Pues yo le contaré a usted lo que sé de él, conuna condición.
—Ve